¿Por qué se ensucian los turbocompresores?
El aire comprimido es uno de los elementos principales de un motor en funcionamiento. El turbocompresor es un dispositivo de inducción forzada impulsado por una turbina que aumenta la eficiencia y la potencia del motor al forzar la entrada de aire adicional en la cámara de combustión. Esta mejora se produce porque la turbina puede forzar la entrada de más aire y, proporcionalmente, más combustible en la cámara de combustión que la presión atmosférica sola. La potencia necesaria para hacer girar el compresor centrífugo se deriva de la energía cinética de los gases de escape del motor, sin consumir ninguna potencia del eje de transmisión.
Una mala atomización del combustible genera hollín, que puede obstruir el sistema de escape. Esto ejerce una presión negativa sobre el turbocompresor, lo que inhibe el escape y reduce la potencia del motor. Además de un motor menos potente, los principales síntomas de este problema son arranques defectuosos del motor, un turbo ruidoso, humo blanco en el escape y un consumo excesivo de aceite.
¿Cómo preservar la vida del turbocompresor?
El turbocompresor se lubrica con aceite del motor. Por lo tanto, al igual que ocurre con otros componentes mecánicos, es conveniente que el propietario respete las recomendaciones del fabricante en cuanto a los intervalos de cambio de aceite, así como el tipo de aceite que se debe utilizar. Se recomienda una conducción suave desde un arranque en frío, siempre que la temperatura del motor y del aceite del motor aumente. También es importante tener en cuenta que, cuando se apaga el motor, aunque ya no fluya aceite, el turbocompresor seguirá girando durante un breve periodo de tiempo. Para evitar que el turbo se seque, se recomienda dejar que el motor funcione durante un tiempo después de detenerse definitivamente.
How to clean the turbocharger ?
Hay dos formas de limpiar el turbocompresor, todas ellas dentro de un amplio rango de precios.
La opción más cara es la sustitución directa de la pieza, que es lo que proponen la mayoría de los mecánicos. El precio de la pieza varía según la marca y el tipo de motor, pero el coste medio oscila entre 2.000 y 3.100 dólares.
La solución es la limpieza con carbón
La opción más económica, que no requiere desmontaje y supone un menor tiempo de servicio, y que supone una alternativa al cambio de piezas, es el tratamiento con hidrógeno a través de la estación Carbon Cleaning. Este servicio funciona como tratamiento preventivo, cada 15.000 kilómetros, pero también puede solucionar problemas ya existentes en el motor.