¿Cómo se ensucian las bujías?
El encendido correcto y la combustión completa de la mezcla de aire y combustible son los factores más importantes para determinar la eficiencia y el rendimiento del motor. Para garantizar un encendido correcto, el flujo de chispas entre los electrodos de cada bujía debe producirse en el momento adecuado en todas las circunstancias y producir el encendido correcto de la mezcla de aire y combustible. Es esencial que el tipo de bujías utilizadas corresponda a las características del motor. Deben estar lo suficientemente calientes para evitar la saturación a bajas revoluciones, pero al mismo tiempo no deben sobrecalentarse y convertirse así en un problema para el preencendido, es decir, el encendido de la mezcla de gases antes de la producción de la chispa. Cuando las bujías están en mal estado, o cuando se utilizan bujías que no corresponden al tipo de motor, lo que resulta es un mal encendido de la mezcla de aire y combustible. Esto finalmente da como resultado una combustión desequilibrada, en cuyo caso solo una parte del combustible se convierte en energía. La gasolina no quemada luego pasa a través de los anillos del pistón y al cárter, donde diluye el aceite del motor. Lo que queda se descarga a través del sistema de escape, contaminando el aire.
¿Cómo limpiar las bujías?
La opción más cara es la sustitución directa de la pieza, que es lo que proponen la mayoría de los mecánicos. El precio del componente varía según la marca y el tipo de bujía.
La opción más cara implica un poco más de tiempo y algunas habilidades mecánicas. Esto implica quitar y limpiar las bujías con un cepillo de alambre. Asegúrese de verificar la distancia entre electrodos. En algunos vehículos, las bujías no son de fácil acceso.
La solución es la limpieza con carbón
La opción más económica, que no requiere desmontaje y que supone un menor tiempo de mantenimiento, y que supone una alternativa al cambio de piezas, es el tratamiento con hidrógeno a través de la estación Carbon Cleaning. Este servicio funciona como tratamiento preventivo, recomendado cada 15.000 kilómetros, pero que también puede solucionar problemas ya existentes en el motor.